martes, 15 de marzo de 2011

Están muertos

-No.

Esa palabra me atraviesa como la fría hoja de una espada. La negativa a la pregunta de si mis padres y mi hermano continuaba con vida a pesar de todo no era agradable. Finjo que no me duele para que Phoenix no se preocupe, aunque no he visto su expresión aún. Elisabeth me pregunta si estoy bien, y le contesto que sí, debido a que en estos momentos no sé exactamente como me siento.

Muertos. Están muertos. Ellos, los que me maltrataron durante casi ocho años, los que jamás me dieron una muestra de afecto, aquellos que se divertían más golpeándome que jugando conmigo y después me abandonaron para dejarme morir. Y él, a quien cuidé antes de aquella fatídica noche, tan frágil, tierno y dulce. Con demasiadas lágrimas en sus pequeñas mejillas siempre sonrojadas y pocas sonrisas que intentaba sacarle yo. Me duele más la pérdida definitiva de Blake que la de los señores Lennon, ya que nunca debí dejarlo solo con ellos. La culpa siempre me ha perseguido y ahora que sé que está muerto hace más peso sobre mis hombros.

Lo que no entiendo es lo que pudo pasar. Por muerte natural es imposible que mueran tres personas de la misma familia. ¿Un accidente? ¿Una enfermedad grave que los ha contagiado? ¿Les contagié antes de abandonarme? ¿Un asesinato? En este último caso si resulta certero, maldigo a quién haya despojado del derecho a la vida a mi hermano e incluso a los señores Lennon, pues aunque eran personas detestables, nadie tiene el derecho de arrebatar la vida a una persona. Nadie. Y menos a tres.

3 comentarios:

  1. ¿Accidente? ¿Enfermedad? ¿Asesinato? Demasiadas preguntas... sé de alguien que te las responderá gustoso... a cambio de un módico precio.

    ··Bufona··

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  2. A unas malas no tendré más remedio.

    -Crhystalle-

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