miércoles, 11 de marzo de 2015

Calor

Sentí su calor, y durante ese tiempo me sentí la persona más querida que existía. Nunca había sentido un calor semejante. Lo más dulce que recuerdo de un padre es un frío tacto, y prefiero no profundizar en mis sentimientos hacia él.
Pero... James. Es diferente. Va a ser extraño llamarlo "padre" algún día, aunque estoy deseando poder hacerlo. Sigo teniendo miedo, a equivocarme o ilusionarme. Idealizar a una persona para luego acabar sintiendo tanto dolor como en mis falsos recuerdos.

Aunque no puedo evitar sentirme feliz.
Nos iremos de aventura, en un barco, surcando mares peligrosos, viajando al fin del mundo con innumerables peligros. Quiero que esa maldición desaparezca.

Sin embargo, a pesar de mis esperanzas, siento dolor. Cuando me explicó que fue él quién decidió abandonarme en Londres no pude evitar sentirme muy triste. Quizá no se sentía con fuerzas para luchar contra maldiciones, o quizá... no me quería tanto como para luchar por salvarme y permanecer a mi lado.
Probablemente quería simplemente salvarme, por temor. No puedo juzgarle, pero después de tantos años quisiera poder conocerle.

¿Quién sabe? Puede que ese calor se repita en más de una ocasión.