jueves, 2 de febrero de 2012

No puede traer nada bueno


Tan lejos de todo las cosas no cambian. La noche sigue encima de nuestras cabezas aunque el cielo se nos esconda. El miedo abraza nuestros cuerpos, cuando las palabras hablan de valor. El rencor de Victor es el orgullo del silencio, tan enraizado como la mala hierba. Angelica anhela una cercanía qe la condena a la soledad. Ankara, bueno, supongo que vaga perdida siguiendo caminos de otros, esperando construir el suyo.

La noche cae como el día en el cielo de Londres. Las estrellas no lucen y el sol es un forastero del que alguna vez se oyó hablar. Un triste escenario para un más triste lugar. Donde estás Samuel, te dices. Supongo que voy, que vengo, que intento ser, pero sin rumbo, Tan lejos de casa. Esa palabra se me antoja tan lejana. No se que hago aquí, pero quizás si que no hago allí. Hay algo dentro que me mueve, aun no se donde, ni porque, pero me mueve. Quizás sólo sea un bruto queriendo pensar que no lo es. Quizás. sólo quizás quiera creerme las palabras de Faerah. No soy Victor, pero tampoco tengo su miedo. Miedo a equivocarse, a tropezar, a aceptar que levantarnos es lo que aprendemos a hacer desde que somos pequeños. Que los caminos no tienen todos nuestro sentido, ni una sola dirección. Que quiero aprender aunque aun no sepa como. Y aun así la echo de menos. El cielo y el risco, las olas y la luna, el viento que mueve mi pelo en la noche. La tierra húmeda en la mañana. Supongo que en fondo es más de necios aun, aunque no te guste oirlo Faerah, quiero aprender pero aun no tengo idea de que. Sólo se que Londres no es mi sitio, y este cielo, no puede trae nada bueno,

Supongo...

3 comentarios:

  1. - Pero Samuel! Tú ya sabes muchas cosas! Incluso eres capaz de sentir la lluvia, de hablar con la tierra, de soñar que los espantapájaros hablan, de creer en la gente.
    Definitivamente... eres un pequeño sabiondo

    ResponderEliminar
  2. Perdonad que os diga, señorita, que sentir la lluvia en Londres no es ningún mérito.
    A favor de nuestra Londres debo decir que, para bien o para mal, es una ciudad que no te deja indiferente: o te encandila o la odias. ¿De cuantas ciudades se puede decir lo mismo?- Eddy

    ResponderEliminar
  3. emmm señorita?, bueno no he visto mucho de Londres pero es cierto que no puede dejar indiferente, pero la niebla tampoco permite ver mucho, es una ciudad gris, aunque quizás no la conozca, yo, claro, supongo...

    ResponderEliminar