sábado, 3 de diciembre de 2011

Deuda

Y aquí me hallo. Quiero dar un consejo a todo aquel que pueda leerme la mente, o en su defecto, leer este escrito, sobre lo que NO hay que hacer cuando has bebido sangre de ninfa (en mi caso, una de aire) y está en proceso de transformación.
"No le des la mano a una ninfa". Porque más que nada te obligará a terminar el proceso de transformación.

Y con esto quiero decir...¿¿Por qué mi cuerpo es completamente de aire?? O bueno, afortunadamente (o desgraciadamente) lo era hasta hace poco.
Ya sabéis... entre que no podía sentir contancto físico con nadie y que al volver a mi camarote Phoenix estaba... diferente. Con sus manchas negras recorriendo su cuerpo y demás, pues no era el mejor momento ni el mejor lugar para transformarme en un ser hecho de aire.

Como iba diciendo, tuve la "suerte" de que alguien acudiera en mi ayuda. Petrelli había llegado como si... como si tocas la campanita del castillo de Ushar y llega entonces Ardeth... pues no sabría decir si toqué alguna campanita dentro de mi cabeza.
El trato fue simple, él me hacía regresar a la normalidad, y yo a cambio pues... ya que no se le ocurría nada, le debía un favor futuro. Es un trato simple, ¿no?


Pude despertar a Phoenix, que tenía los ojos negros, y seguía con aquello que me explicaron; tenía que ver con tinta. Sin embargo, parecía no importarle... ¡será idiota! Y luego me pide a mí que me preocupe un poco más por mí misma. Pero es cierto que no podremos encontrar un remedio metidos en este barco.
En fin... de momento todo ha vuelto a la normalidad, si no contamos el aspecto de Phoenix y que tengo una deuda con un amable señor.

["Que me pida cortarle las uñas de los pies... please."]

2 comentarios:

  1. Este amable señor siempre lleva las de ganar, ya veremos si no te sobrepasa el trato xD

    ResponderEliminar
  2. Lo mejor de todo, querida niña, es que como dice la señorita Lawrence yo siempre salgo ganando... pero eso ya lo sabéis antes de estrechar mi mano.

    ResponderEliminar