sábado, 31 de diciembre de 2011

Soledad



He hecho muchas locuras hasta entonces. Pero ahora... me pongo a pensar en si realmente debí vivirlas. ¿Y si... algunas de ellas ha traido como conseciencia esto?
No me importa que me salga mal alguna, que me equivoque o que me hagan daño a mí. Pero nunca quise causar mal con ellas. No lo entiendo. Lo lamento si alguna vez herí a alguien sin pretenderlo, si toqué algo que no debía o me lo llevé incluso. Es cierto, me arrepiento si esa es la causa de mi desdicha. Porque no merezco tantas desgracias como las que he vivido, ¿he hecho algo mal durante mi vida? Siempre me he definido como una buena chica que solo quiere vivir... ¿por qué tanto dolor?

Lo que me ocurra me es indiferente, ya estoy acostumbrada. No quiero dolor, no solo mío, sino de nadie. Ninguna persona merece sufrir.

¡Lo lamento de verdad! ¡No pretendía causar dolor o fastidiar algún plan! Desconozco el motivo de este castigo, pero no es justo que tenga que sufrirlo otra persona. Él solo quiere estar conmigo, y me sigue a toda aventura que propongo. Es más que un amigo, es mi familia. No me importa lo que me hagan a mí, pero por favor... devolvédmelo.

2 comentarios:

  1. Sea lo que sea, no pierdas el animo
    - Elisabeth Lawrence

    ResponderEliminar
  2. Es curioso cómo se dan los acontecimientos... veremos cómo finaliza este cuento, jovencita.

    ·· Bufona··

    ResponderEliminar