sábado, 27 de agosto de 2011

Una nana deseperada

Y mis ojos se llenaban de lágrimas a cada paso que daba por esa calle. Si alguien le ponía música a ese lugar, y a las personas que allí vivían, estoy segura de que sería la más triste y desesperanzada de las melodías. La miseria era una gruesa manta que cubría las calles y a medida que nos adentrábamos por ese callejón que parecía no tener fin, mi alma se rompía poco a poco, tal vez casi sin darme cuenta.

Al caminar nos acompañaba una triste canción que salía de lo que quedaba de voz de una pobre mujer. Allí estaba, acurrucada en el suelo tarareando una nana, y es sus brazos sostenía un bulto. Supuse que era un niño pequeño, así que me acerqué para ofrecer mi ayuda, si la necesitaba. Cuando alzó la cabeza me encontré frente a un rostro totalmente demacrado, sus ojos eran surcos en la cara y su expresión desolada. Pero si esto ya casi me dejó sin aliento, creo que no podría explicar lo que sentí cuando vi lo que acunaba. En efecto era un niño de unos dos años aproximadamente, o al menos eso tendría antes de morir. Di un salto hacia atrás, jamás creí que podría encontrar algo así. A pesar de estar ya casi en estado esquelético, la madre seguía acunándolo entre sus brazos, y la verdad es que no parecía querer dejar de hacerlo. Estaba convencida de que su niño pequeño estaba dormido, y nosotros tuvimos que convencerla de que ese sueño era tan hermoso que él nunca querrá despertar de él.

La mujer se lo llevó lejos, tan lejos que tuve que seguirla durante tres horas. Acabamos en una playa y casi sin darme cuenta me encontré corriendo tras ella a través de una pasarela que acababa en el mar. Cuando saltó al vacío algo me impulsó a querer salvarla, no podía dejar que muera, y entonces mi cuerpo saltó tras el de ella intentando agarrarla. Cuando salté se me paró el corazón, bajo aquella pasarela no había solo mar, era un acantilado que acababa en un montón de rocas que salían del mar. Intenté esquivar las rocas pero mi cuerpo chocó con una y sentí un terrible dolor. Mi cuerpo empezó a caer e intenté aferrar la mano de aquella mujer, pero no lo conseguí. De repente sentí un peso sobre mi cuerpo y algo que me agarraba y me sacaba del agua. Era Korvash. "¡La mujer!"- grité, y él se sumergió en el agua para sacar a la mujer. Tardó solo un momento, pero momento que se me hizo eterno. Cuando llegamos a la orilla vi mi costado lleno de sangre, y estoy segura de que en ese momento Korvash hubiera querido matarme. Pero me daba igual, la mujer a pesar de estar inconsciente seguía con vida. Sabía que esa mujer que le había dado tanto amor y cariño a su hijo, incluso después de fallecer, no podía morir.

Si yo hubiese recibido solo una pequeña parte de ese amor, hubiera sido la persona más feliz del mundo.

5 comentarios:

  1. Hay que saber elegir cuidadosamente las palabras a la hora de hablar con alguien que lo ha perdido todo...tendré cuidado la próxima vez.

    Emily Wallace, creo que esa calle ha sacado lo mejor de nosotros, por muy raros, caóticos, odiosos o destructores seamos. Hasta ahora, no sabía que había algo de bueno en mí.

    En los malos momentos uno descubre si uno saca lo mejor o lo peor de sí mismo. Nos hemos conocido un poquito mejor los cuatro...y me ha gustado lo que he visto en nosotros. Me gustaría seguir el camino, por muchas desgracias que sigamos viendo. Porque sabré que ninguno de nosotros nos taparemos los ojos.
    - Eddy

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  2. Una madre que de verdad quiere a su hijo. Te comprendo, yo tampoco conozco lo que se siente cuando una madre te abraza y te canta una nana al oído...
    Quisiera ayudar en vuestra labor, espero que algún día nos encontremos de nuevo.

    Emily, deberías tener más cuidado con tus impulsos, porque pueden costarte la vida. Pero... ¿quién soy yo para decirte eso, si soy la primera en hacerlo?

    ~Chystalle~

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  3. Si, Edward, creo que todos hemos sacado a la luz una parte buena que por unas u otras circunstancias habíamos dejado encerrada. Espero que esto solo sea el comienzo de un viaje que nos ayude a conocernos a nosotros mismos y poder compartirlo con los demás.
    Tú también tienes razón Christalle, creo que a veces soy tan impulsiva que no miro por las consecuencias. Pero también creo que en ocasiones puede llegar a salvarte la vida, o la de otra persona ^^

    Emily Wallace

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  4. Sois una estúpida, pero esa mujer os debe la vida.
    Sois unos imprudentes, todos, pero muchos os agradecen ya que tengáis esa virtud.

    Observad. Aprended.

    ··Korvash··

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  5. Lo sé, soy una estúpida. Pero no olvidaré que salvasteis mi vida. Muchas gracias.

    Emily Wallace

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