Frío... como si hubiera pasado horas a la intemperie y una rociada me hubiera calado hasta el alma. Tengo el cuerpo entumecido pero a pesar de esta sensación las manos me arden en el lugar donde hace unas horas hubo runas dibujadas. Abro los ojos y agradezco que apenas haya iluminación, puesto que la poca luz que hay me araña las pupilas.
Al mirar a mi alrededor lo primero con lo que tropiezo es con la sonrisa tranquila de la señorita Filia Van Tassel. Esa sonrisa es condenadamente contagiosa y no puedo evitar devolvérsela.
- ¿Estáis bien, Zack? - habla bajito, sin llegar a susurrar
- Vivo... lo cual creo que es... - mi sonrisa se borra, "y si yo estoy vivo..." - Señorita Van Tassel, la muchacha, ¿está...?
- Viva, y sorprendentemente ilesa. Moristeis, Zack... ella y sus amigos os trajeron de vuelta con ayuda de Kaliana
- Me... ¿trajeron? - mi preocupación se desvanece, se cambia el puesto con la sorpresa, aunque por una vez es una sorpresa agradable - El resto de ellos, ¿cómo están?
- Heridos, recuperándose de sus lesiones y tomando algo caliente. Alasther está bajo nuestra guardia y así permanecerá hasta que El Espejo se reúna. Ellos quieren hablar con nosotros, es lo mínimo que les debemos
- Tenéis razón, señorita, es lo mínimo... - asiento terminando de incorporándome
"¿Por qué me han salvado la vida?"
¿Heridos? ¡¿Solo heridos?! Señorita tendrían que reunirse todos los académicos de este mundo para inventar una palabra nueva para lo que le han hecho a mi pobre y elegante traje...
ResponderEliminarBah, Zack, no le des vueltas al por qué te hemos salvado, si estás en deuda con nosotros ya te pediré algo a cambio, no te preocupes.
-Eddy-
- Hay favores que no son tales, señor Austen.
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