Desde que llegué a Metáfora, la vida
no ha dejado de darme sorpresas.
Descubrí que estoy maldita. Averigüé
que nací aquí. Conocí en persona al mismísimo Hans Christian
Andersen y eso me hizo un poco más feliz.
He aprendido que los tratos... se deben
hacer con mucho más cuidado. O mejor, evitarlos.
Que las historias no son siempre como
nos las cuentan.
¿Quién iba a imaginar que una de mis
favoritas se convertiría en mi realidad?
Una de las primeras Niñas Perdidas...
junto con mi hermano.
Ahora sé que me lo he encontrado, o
eso... insinuó. ¿Pero quién es?
No, esa no es una de las noticias más
inquietantes de mi vida.
Todo han sido mentiras.
¿Será verdad esto?
¿Será verdad que... él... es mi
padre?
Quiero creer que lo es, quiero
encontrarlo, saber si me quiere o ya se ha olvidado de mí. Lo peor
de todo es que también me lo he cruzado, ¡incluso me salvó!
¡Maldita sea! ¿Por qué?
Al fin comienzo a saber... quién soy.
Pero aún no me lo puedo creer.
Es imposible.
Mi padre es...
Mi padre es... James Hook.
¡El Capitán Garfio!
La vida puede dar tantas vueltas como giros el timón de un barco.
ResponderEliminarNuevas aguas, quizás peligrosas. Un nuevo rumbo, jovencita... os deseo suerte en vuestro propio cuento.
H.C. Andersen