Dicen que no existe nada imposible. Y lo creo, en gran parte, pero eso no quita que alcanzar lo
imposible no sea difícil.
Llamadme loca o pensad que tengo ideas
retorcidas, pero después de todo lo que nos está ocurriendo a
Phoenix y a mí, de la cantidad de veces que nos hemos separado...
pienso que realmente hay alguien o algo que no quiere que
permanezcamos unidos.
¿Destino? No lo creo. Ya ha sido
demasiado injusto conmigo, creo que a pesar de todo... a pesar de mi
pésima autoestima, creo que merezco un final feliz. Hasta los malos
lo merecen si realmente se arrepienten de sus actos.
Y ahora para colmo hay una sombra
detrás de mí. ¡Genial! Como si no tuviera suficiente. No sé si
venir a Metáfora me ha complicado la vida más de lo que ya estaba.
Aún tengo la esperanza de encontrar a mi hermano, si realmente está
vivo. Y también la de vivir buenas aventuras con Cuentacuentos y,
sobre todo, convivir con Phoenix tranquilamente.
¿Y sí no fue buena idea venir aquí?
A pesar de lo bueno que he encontrado, lo malo supera con creces lo
positivo.
¿Es de verdad culpa de Metáfora, o es
que arrastro demasiados trazos de desgracia tras de mí? ¿Realmente
el destino está escrito, o podemos escribir nuestro propio cuento?
Porque de momento... mis páginas están
escritas con letra desconocida.
O quizá lo poco que he escrito yo misma, no han sido más que meras palabras incorrectas.
Renglones torcidos para direcciones rectas. Algunas veces el camino es complicado, pero cada cual es el dueño de su destino, jovencita.
ResponderEliminar··Bufona··