- Esta historia
comienza en un pequeño pueblecito donde hace mucho, mucho tiempo, Ethron y
Kaliana unieron sus caminos. Como en gran parte de los cuentos, su amor estaba
prohibido, pues los dos se encontraban ya prometidos a unos desconocidos. Los
jóvenes amantes se encontraban cada luna llena a orillas del lago, donde el
viento alzaba la voz para que nadie pudiera escuchar sus palabras. Pero una noche de invierno, Ethron no acudió a la cita. Kaliana lo buscó
desesperadamente con la punzada de un mal presentimiento latiendo en su pecho y
su corazón se detuvo cuando al fin lo vio, tumbado en la superficie del agua
helada, pintando el hielo de rojo mientras la luna se derramaba sobre él. Dicen que Kaliana corrió hasta él y lo recostó
en su regazo hasta que a los poco minutos murió entre sus brazos. La joven
rompió a llorar suplicando a Lianah que se lo devolviera, y las lágrimas que
vertió desprendieron una luz cegadora que al desvanecerse la hicieron sonreír
al ver los ojos de Ethron abrirse y las heridas de su cuerpo cerrarse a una
velocidad milagrosa. Cuenta la leyenda que en la luna del mes más frío del año,
en mitad del gélido lago, crece una flor cuyo néctar es capaz de devolver la
vida a un ser amado…
- Pero padre,
eso solo son historias, ¿no? – Isabel y Juan lo miraban con los ojos muy
abiertos
- Es posible,
hijos míos… - Zachary esbozó una sonrisa, le revolvió el cabello a Juan y con el dedo índice dio un leve toque en la nariz de Isabel - pero todas las historias nacen de alguna parte…
Un lugar a donde acudir cada noche bajo las mantas. Y quién sabe, quizá no sólo exista en los sueños... ¿no?
ResponderEliminar~Chrystalle~
En el caso de que haya sido la diosa la que impidiera el final de Ethron, va a ser cierto que Lianah es todo un Enigma- Eddy
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