lunes, 7 de noviembre de 2011

Apariencias


La noche se había destilado entre sábanas escurridizas y largos suspiros. Las palabras habían dado paso a las miradas, a los besos y a todo tipo de galanteos que con el transcurrir de los minutos se tornaron más y más íntimos.
La habitación se encontraba sumida en el más profundo silencio, quebrado únicamente por la respiración de ambos. Ella estaba recostada sobre el pecho de su compañero jugueteando con un mechón de su cabello y preguntándose cómo arrebatar de los labios de él los secretos que había venido a buscar.

- Estáis muy callado, señor – susurró
- Supongo que os complacería más si hablase – era precisamente el momento que había esperado – Aunque me pregunto qué deseáis escuchar… - respondió en el mismo tono de voz

Había pasado horas besándola, enterrado entre sus piernas, poseyéndola. Pero sería un completo error pensar que había amor escondido en sus caricias o promesas en sus silencios. Sabía muy bien lo que ella buscaba en su lecho, lo que pretendía al entregarse de semejante forma. Había tenido a bien informarse sobre la serpiente con la que iba a empezar la partida. Persuasiva y manipuladora, dama de varios rostros, asesina, orgullosa y ególatra… y dónde muchos habrían encontrado el peligro en varias de esas virtudes, él encontró una fisura, un punto débil.

Se había dejado embaucar y seducir como lo haría el más inocente e impetuoso de los galanes. Le gustaba tener el control, sentirse poderosa y deseada, y él había accedido de la forma más creíble posible a sus apetencias.

- Bueno, estoy segura de que tenéis tras de vos un trabajo abrumador… - soltó su mechón de cabello y se incorporó ligeramente sobre él, dejando entrever su desnudez
- ¿Qué os invita a pensar eso, señora? – le respondió mientras paseaba descuidadamente sus dedos por la espalda de la mujer
- Vuestra fogosidad me revela vuestro exceso de trabajo – se dejó caer sobre él y le besó, luego se separó despacio de sus labios – Quizá pueda ayudaros – no podía negar que le estaba costando hacerle hablar, pero tal cosa le suponía un reto aun mayor que a los que estaba acostumbrada y eso la excitaba
- Y para eso tendría que poneros al día sobre mis asuntos – volvió a besarla, mordiéndole el labio inferior con suavidad y pronunció una sonrisa - ¿No?
- Sois bueno – suspiró ella tras una leve pausa
- Es mi trabajo – la sonrisa desapareció y se incorporó para levantarse de la cama y comenzar a vestirse
- ¿Os retiráis? – la mujer se deslizó hasta el borde del lecho, quedándose tumbada bocarriba y dejando que la cabeza y la melena castaña colgaran levemente
- Eso me temo

Apenas pasaron unos minutos hasta que terminó de arreglarse, mientras ella le observaba. Se ajustó la chaqueta con un leve tirón del cuello y se acercó de nuevo a sus labios, inclinándose.

- Ha sido una noche encantadora, Evelyn – cogió una de las manos de la dama y la cerró en torno a un pequeño objeto
- ¿Qué es? – sonrió
- El pago por vuestros servicios – a pesar de devolverle la sonrisa, su mirada se había vuelto fría y el tono de su voz serio. Se giró y con paso firme abandonó la habitación

Ella suspiró y abrió la mano, encontrándose una moneda. Durante un momento la rabia se dibujó en su rostro al encontrarse con semejante insulto. Pero era persistente, y confiaba en la posibilidad de otro asalto.

- Buena jugada, Céfiro

4 comentarios:

  1. Todo son dobles apariencias, ¿hay alguien que se quede a salvo?
    - Elisabeth

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  2. Como suele decirse señorita Evelyn, todos solemos dar con la horma de nuestro zapato. Si jugais con fuego es posible que acabeis por quemaros...

    "E.C."

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  3. Las lenguas siempre fueron de doble filo. Pero a veces no son suficientes si no las manejan mentes a su altura.
    - B.Kenney

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  4. No te he eliminado de seguidores, es mas, me acabo de meter y acabo de saber que me habias dejado dos comentarios y que me seguías. Los he podido leer por hotmail.
    Me lo habria tragado de no ser por el segundo comentario, pero sinceramente no habria contestado, mas que nada porque me habia costado entender lo que ponia jaja
    Me gustan tus blogs, un beso.

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