viernes, 15 de julio de 2011

Un teatro que no ha cerrado el telón

Os podéis imaginar, querido lector, cuál fue la cara que se me quedó al encontrar una familia que no sabía ni siquiera que existía. ¡ Imaginárosla cuando me enteré que ni siquiera es verdadera familia! Entonces ahí se nos desencajaría la mandíbula y huiría como alma que lleva el diablo.

Fue exactamente lo que me pasó entre los nobles de Drakoneer.

¿Así que mi padre tenía un hermano? Bueno, siempre supe que yo había salido a mi madre, ¿pero este hombre? Este hombre no compartía ni un ápice de lo que soy yo. No lo digo por presumir, pero creo que ese hombre tendría que relajarse un poco, tendría que parecerse más a mi.

...

Bueeno, no me miréis así querido lector. Sé que no suelo caer bien porque mi personalidad (¿cuál?) es nefasta y confusa, pero reconoceréis que me preferís a mi a alguien estirado y escueto, o a alguien preguntón y sin energía infantil o pícara. Si sabéis a qué me refiero, sonreid.

Muy bien, sigamos con la función.

Resulta que el villano Edward Austen ha descubierto el paradero de su padre. ¿Paradero? ¡¿Pero no estaba bajo tierra?! Pues no, me temo que he quedado como un mentiroso cuando os conté la trágica historia de los Blair. ¡¿Bajo tierra dije?! ¡Nada más lejos! ¡Resulta que se encuentra sobre nuestras cabezas! Ironías de la vida, mi vida siempre fue una gran ironía de la que no saco ninguna moraleja, fijaos.

Una fortaleza en el cielo dicen, ¿será eso posible? Ps, después de todo lo que nos ha pasado y aún me cuesta creer.

Mi padre podía ser un estirado caballero, aburrido, soso, incrédulo y adulto. Pero tampoco era como para encerrarlo en una fortaleza aérea en un mundo de fantasía.

Vale, quizás me haya excedido describiendo a mi padre, pues yo también soy igual que él. Quizás es lo que dicen, que cuando te pruebas la ropa de alguien te conviertes en esa persona.

Fuera bromas. Fuera comedia. Es mi padre, fuera el mejor o no, cuidar de un hijo ya te hace ser el mejor. Siempre había pensado lo que decían los periódicos, que había fallecido solo en su butacón, mientras miraba envejecer el retrato de su familia a la misma vez que la casa era plagada de enredaderas salvajes y retorcidas. Pero saber que después de tanto tiempo está vivo...y no poder saber nada. No poder hablar con él.

Y eso de no poder meter las narices me toca...¡las narices! Já...no me negaréis lo elocuente que puedo llegar a ser.


Además... quiero saber qué fue de mi madre. Quizás no murió tampoco. Quizás el telón no cerró para ella también.


¡Pero Eddy, piensa por el amor de Dios! ¡Que es una fortaleza en el aire, allí no van ladrones ni estafadores! ¿Dónde crees que te estarías metiendo? ¡Esto no es una estafa en una boda! ¡No es hacerte pasar por el hermano de alguien o un empresario! Aquello es una trampa, una fortaleza inexpugnable y no creo que concedan tiempos para visitar a los presos de prisiones mágicas. ¡Es de locos, nunca lo conseguiré!


Mmm...


Por otra parte, siempre me han gustado los retos. Y llevarle la contraria a la gente. Mi tío no iba a ser menos, por supuesto.

Tendré que idear el mejor plan que se me haya ocurrido en la vida si quiero entrar allí arriba.

Es hora de ponerse manos a la obra.


¡Ésta será quizás el mayor reto al que se haya enfrentado el timador Edward Austen!


¡Deseadme suerte, querido lector!

La necesitaré...

1 comentario:

  1. La vida es una ironía, sacar conclusiones de ella a veces nos puede dar dolores de cabeza. Suerte, pero cuidado, tal vez no encuentres al mismo padre que conociste.

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