martes, 26 de julio de 2011

Presentación

Queridos niños perdidos y soñadores:

                                                       Antes de plasmar en estas páginas mis pensamientos e inquietudes, creo necesario presentarme brevemente, ya que me parecería de muy mala educación no haceros saber quién soy. 

Mi nombre es Emily Wallace, cuando era pequeña mis padres tuvieron un desafortunado accidente, por lo que mi abuela me ha cuidado desde entonces. Es la mujer más encantadora que he conocido jamás y además de enseñarme ella misma a leer y escribir, me ha convertido en una pequeña panadera, aunque nunca me podría comparar con ella. La verdad es que nunca he sido muy extrovertida, siempre hablaba lo justo y necesario con los clientes de la panadería y como todos los niños creían que era muy rara no querían jugar conmigo, así que ella también se convirtió en mi mejor amiga. Es curioso que de un día para otro mi vida haya cambiado tanto. En estos momentos me encuentro con un grupo de lo más extraño recorriendo ciudades de otro mundo. ¡Sí, de otro mundo! Estoy segura de que ahora mismo pensareis que estoy loca, lo cierto es que esta es un pregunta que me hago no menos de una vez al día.

Bueno, ahora que ya nos conocemos un poquito más espero leer vuestras inquietudes, alegrías y aventuras. Estoy segura de que aún quedan muchas fábulas por escribir.


Un cordial saludo.

Emily Wallace.

domingo, 24 de julio de 2011

Un nombre



No había nada como nadar en aquel río cuando apenas había amanecido. Los primeros rayos del sol arañaban la superficie del agua cuando yo llegaba hasta su orilla. Aquel día, encontré algo más turbador que los dorados vestidos matutinos que acostumbraban a teñirlo.
“¿Una ninfa?”, reconozco que fue lo primero que se pasó por mi cabeza.
Se encontraba en una roca sobre la cual no paraba de caer agua de un pequeño manantial. Podría decirse que más que sentada estaba posada sobre la piedra, como si flotase o fuera parte del paisaje. Tenía el cabello muy largo y lo peinaba despreocupadamente con los dedos mientras canturreaba algo que yo no llegaba a escuchar con claridad.
Me sorprendí fascinado, y aparté la vista al tiempo que recordaba mis modales. Se trataba de una dama, al fin y al cabo. Sin embargo seguí allí parado, de espaldas al río, escuchándola.

Durante unas semanas olvidé mis hábitos de nadar allí, pero seguía acudiendo, siempre discreto y cada vez más cautivado por aquella ondina de carne y hueso, y cuando la oía alejarse era como si de alguna forma me sintiera despertar de un sueño en plena noche.

Una mañana, antes de que naciera el alba, decidí adelantarme a ella, esperarla, hablarle por fin.
Tal y como pensé, la joven no se encontraba aun, pero tras unos momentos que se hicieron eternos, apareció. Yo aguardé, oculto, quería verla de cerca antes de aproximarme. Cruzó prácticamente a mi lado sin cerciorarse de mi presencia y se acercó hasta la orilla donde se descalzó y metió un pie en el agua. Cuando me percaté de que sus manos iban directas a desatar el nudo de su vestido, salí de mi escondite lo más rápido posible.

- Disculpad – ante mi voz, ella se giró con brusquedad y me apuntó con una daga, temblorosa
- ¿Quién sois? Responded – a pesar de no haberme herido aun, esos ojos me atravesaron de una punta a la otra, dejándome inmóvil por un momento, a lo que ella increpó - ¡Responded!
- Tranquilizaos – levanté ambas manos para que viera que no iba armado – No pretendía asustaros – ella seguía apuntándome
- ¿Qué queréis? – dio un paso al frente y puso la punta del arma a la altura de mi barbilla. El temblor en sus manos apenas le permitía mantener la hoja recta
- Solo… vuestro nombre – no pude evitar sonreír al ver en su rostro dibujada una mueca de sorpresa
- ¿Mi… nombre? - hizo una breve pausa - ¿Por qué debería dároslo?
- Para permitirme dormir en paz, dama – ahora sí, esa mirada que oscilaba entre el miedo y la duda se fue calmando hasta que bajó por completo la daga
- ¿Nos conocemos?
- Quizá… puede que os viera en la página de algún cuento – por primera vez sonrió, con cierta timidez
- Entonces jugáis con ventaja, puesto que vos no os habéis presentado
- Korvash – hice una inclinación al tiempo que una sonrisa se dibujaba en mis labios. Ella respondió el gesto de igual modo
- Deberíais marcharos, señor Korvash, estoy a punto de tomar un baño
- De inmediato pero… ¿me diréis vuestro nombre?
- Volved mañana… y quizá entonces os lo diga – me dio la espalda y se dirigió de nuevo hacia la orilla

Esta vez me giré, divertido, y después de escuchar el suave chapoteo del agua al recibirla comencé a caminar despacio de vuelta a casa, dejando tras de mí aquella voz encantadora y aquellos ojos de cuento de hadas.

miércoles, 20 de julio de 2011

Reino de locos

El tribunal estaba más vacío de lo que esperaba. Ya me lo imaginaba, gran parte del pueblo abucheando la sentencia injusta mientras yo delataba los vacíos legales que a todos se les escapaba. Iba a ser todo un espectáculo, pero pude ver como Arthur conseguía que los argumentos estuvieran a nuestro favor. Así que decidí que simplemente defendería a Phoenix hasta que lo declarasen inocente. Y si no, pues tocaba correr.

Sin embargo, después de algunos argumentos un tanto peculiares de “su majestad”, la cual no tenía pruebas a su favor y al parecer tenía un miedo atroz a hablar en público, y tras nuestros argumentos y los de Phoenix, Bryan eligió una sentencia que a mi parecer fue injusta.

Quería pruebas sólidas de que el acto acometido fue involuntario, ¿pero es qué acaso hay alguna de que no lo sea? Todo indica a que lo fue:

Phoenix no tiene ningún motivo para atacar a la reina. Por desgracia olvidé señalar ese punto esencial en mi declaración.
Phoenix se basa en su capacidad de ser invisible, ¿qué ganaba volviéndose visible?
Él podría haber asesinado a la reina de forma furtiva, sin testigos ni rastros. Sin embargo se delató delante de la reina y Arthur. Sea lo que sea lo que tomó posesión de él, quería que se supiera quién fue y también mantenerlo encerrado.
Además, conozco a Phoenix… no haría daño a nadie.
Y tampoco intentó huir, él mismo se entregó. Al parecer eso lo han olvidado.

Y a pesar de todo, a pesar de tener más argumentos que la acusación, Bryan ha decidido dejarlo en libertad condicional, obligándole a llevar unas pulseras cuyo poder es evitar que sea invisible, y además deberá llevar escolta. Su naturaleza ya es de por sí libre, y sé perfectamente que para él no es una simple sentencia, sino una privación de su libertad.
Si necesita ser invisible deberá pedir permiso, están mal de la cabeza. Me siento encadenada a este maldito lugar, quiero salir de este reino lleno de locos. Lo más triste es que no saben que se equivocan. Y cómo no son capaces de mantener nada, han decidido intentar controlar a Phoenix.

Espero que alguien desprenda un rayo de cordura y se dé cuenta de que lo que deben hacer es encontrar quién quiere asesinar a la reina, en lugar de jugar a crear leyes absurdas.

viernes, 15 de julio de 2011

Un teatro que no ha cerrado el telón

Os podéis imaginar, querido lector, cuál fue la cara que se me quedó al encontrar una familia que no sabía ni siquiera que existía. ¡ Imaginárosla cuando me enteré que ni siquiera es verdadera familia! Entonces ahí se nos desencajaría la mandíbula y huiría como alma que lleva el diablo.

Fue exactamente lo que me pasó entre los nobles de Drakoneer.

¿Así que mi padre tenía un hermano? Bueno, siempre supe que yo había salido a mi madre, ¿pero este hombre? Este hombre no compartía ni un ápice de lo que soy yo. No lo digo por presumir, pero creo que ese hombre tendría que relajarse un poco, tendría que parecerse más a mi.

...

Bueeno, no me miréis así querido lector. Sé que no suelo caer bien porque mi personalidad (¿cuál?) es nefasta y confusa, pero reconoceréis que me preferís a mi a alguien estirado y escueto, o a alguien preguntón y sin energía infantil o pícara. Si sabéis a qué me refiero, sonreid.

Muy bien, sigamos con la función.

Resulta que el villano Edward Austen ha descubierto el paradero de su padre. ¿Paradero? ¡¿Pero no estaba bajo tierra?! Pues no, me temo que he quedado como un mentiroso cuando os conté la trágica historia de los Blair. ¡¿Bajo tierra dije?! ¡Nada más lejos! ¡Resulta que se encuentra sobre nuestras cabezas! Ironías de la vida, mi vida siempre fue una gran ironía de la que no saco ninguna moraleja, fijaos.

Una fortaleza en el cielo dicen, ¿será eso posible? Ps, después de todo lo que nos ha pasado y aún me cuesta creer.

Mi padre podía ser un estirado caballero, aburrido, soso, incrédulo y adulto. Pero tampoco era como para encerrarlo en una fortaleza aérea en un mundo de fantasía.

Vale, quizás me haya excedido describiendo a mi padre, pues yo también soy igual que él. Quizás es lo que dicen, que cuando te pruebas la ropa de alguien te conviertes en esa persona.

Fuera bromas. Fuera comedia. Es mi padre, fuera el mejor o no, cuidar de un hijo ya te hace ser el mejor. Siempre había pensado lo que decían los periódicos, que había fallecido solo en su butacón, mientras miraba envejecer el retrato de su familia a la misma vez que la casa era plagada de enredaderas salvajes y retorcidas. Pero saber que después de tanto tiempo está vivo...y no poder saber nada. No poder hablar con él.

Y eso de no poder meter las narices me toca...¡las narices! Já...no me negaréis lo elocuente que puedo llegar a ser.


Además... quiero saber qué fue de mi madre. Quizás no murió tampoco. Quizás el telón no cerró para ella también.


¡Pero Eddy, piensa por el amor de Dios! ¡Que es una fortaleza en el aire, allí no van ladrones ni estafadores! ¿Dónde crees que te estarías metiendo? ¡Esto no es una estafa en una boda! ¡No es hacerte pasar por el hermano de alguien o un empresario! Aquello es una trampa, una fortaleza inexpugnable y no creo que concedan tiempos para visitar a los presos de prisiones mágicas. ¡Es de locos, nunca lo conseguiré!


Mmm...


Por otra parte, siempre me han gustado los retos. Y llevarle la contraria a la gente. Mi tío no iba a ser menos, por supuesto.

Tendré que idear el mejor plan que se me haya ocurrido en la vida si quiero entrar allí arriba.

Es hora de ponerse manos a la obra.


¡Ésta será quizás el mayor reto al que se haya enfrentado el timador Edward Austen!


¡Deseadme suerte, querido lector!

La necesitaré...

viernes, 1 de julio de 2011

¿Cambio de planes?

He escuchado, curioseado, oteado, descubierto información tal vez importante o no. Incluso me he arriesgado a un veredicto erróneo y a una acusación de ladrona.

Pero ¿qué le voy a hacer? Si para intentar sacarte de ahí he de encontrarme con la parte más oscura que se oculta en mí.

Nadie sabe de lo que soy capaz, y por las buenas o por las malas, te sacaré de ahí.